Jueves Santo 2020
En documento adjunto al final está el texto escrito La Cena del Señor.
Reflexiones eucarÃsticas en las circunstancias tan especiales que vivimos.
I. El amor pide indistancia. Las personas que se quieren no aguantan la lejanÃa del otro, se sufre su ausencia, desean estar juntas, cara a cara. «Descubre tu presencia y máteme tu vista y hermosura, mira que la dolencia de amor que no se cura, sino con la presencia y la figura». Es la expresión poética de san Juan de la Cruz que nos confirma que sin la presencia del amado, de algún modo, uno está herido, se muere.
Una campaña de propaganda de la CompañÃa Telefónica de España, hace años, proclamaba: «Lo importante es hablar». Evidentemente querÃa incentivar el uso y consumo del teléfono. Pero podemos decir que el mensaje no es verdadero. Al niño que ama a su padre (o al novio o novia) y que está de viaje por motivos profesionales, lejos del hogar, incluso en el extranjero, no le basta hablar: quiere tener a su padre en casa, no lejos. Incluso hoy, con el progreso y posibilidades de los terminales telefónicos respecto de esa campaña publicitaria (era anterior a los teléfonos móviles inteligentes, por supuesto), con los cuales podemos ver por video y hablar… No basta. Queremos el cara a cara de aquel a quien queremos. El invento de todo Dios para estar cara a cara, indistante, cercano, en signo sacramental, pero real, ha sido la EucaristÃa. Estos dÃas de pandemia la distancia respecto del Sacramento se hace muy dura. Quizá Dios lo permita para que crezcamos en hambre verdadera de Él…
II. «Quiero estar siempre contigo y para eso invento quedarme», no de modo estático, claro está. Ese es un gran malentendido sobre la presencia real de Cristo en la EucaristÃa. Su presencia y cercanÃa es siempre dinámica: las palabras «Esto es mi Cuerpo/Sangre que se entrega por vosotros» son permanentes y actuales en cada momento. No agotan su contenido una vez que las pronuncia el sacerdote para que se realice la presencia real de Cristo sobre el altar mediante las formas y el vino. «Se entrega». El amor es entrega, es donación. Hoy nuestra civilización ha vaciado el contenido de la palabra amor, sensibleramente, eróticamente, y ha perdido la entraña última que genera la unión verdadera de las personas, que expresa lo que es el amor: la entrega, la voluntad de donarse al otro. «Habiendo amado a los suyos los amó hasta el extremo» (Jn 13,1): extremo de su existencia, hasta el fin; extremo en intensidad, entregándose a sà mismo.
III. Hay una expresión hogareña en la que el marido o la mujer pueden llamar al otro: «¡Mi vida!». También los padres a los hijos: ¡«Mi vida!». A veces incluso elevando la voz y con cierto enfado si se ha hecho algo mal. No importa: ¡mi vida! El que asà habla suele desvivirse por el otro. Desvivirse es un verbo denso y rico de nuestra lengua castellana: es vivir la vida, dando la vida para que otros tengan vida. No hay aquà ningún juego de palabras. Vuelve a leerlo y lo verás. La EucaristÃa es el desvivirse de Dios por nosotros: vivir su Vida (divina, eterna….), dando su Vida…, para que nosotros vivamos. Y aquà entra otro aspecto de la EucaristÃa. Se vive cuando uno se nutre y bebe. El hambre provoca la muerte. En la EucaristÃa el que es vida eterna, y se nos quiere dar para que le comamos «Tomad y comed», quiere ser comido, comulgado. Por eso, se puede decir con verdad que sin EucaristÃa no se puede vivir. Evidentemente, en camino hacia la eternidad, pero cuando llegue la muerte todas esas comuniones, que han asimilado a Cristo resucitado, serán en nosotros semilla de vida eterna en la resurrección. «Sine Dominico, non possumus» («No podemos vivir sin celebrar el dÃa del Señor — sin la EucaristÃa», decÃan los mártires de Abitinia, al ser declarados reos el año 304, durante la persecución del emperador Diocleciano [SAN JUAN PABLO II, Dies Domini, 46; BENEDICTO XVI, HomilÃa en la clausura del Congreso EucarÃstico Nacional Italiano de Bari (29 de mayo de 2005)].
Nuestro Dios debe está loco (de amor): cercano, entregado, para que le comamos y vivamos. ¿O somos nosotros los locos porque no nos enteramos? Todo esto… y mucho más… es el Jueves Santo. En Jesús y MarÃa,
Pablo Cervera Barranco Redactor Jefe de MAGNIFICAT, edición española
Oración Getsemanà Musical 33
33 minutos para recorrer a aquel que a los 33 años entregó su vida por amor. Una especie de Hora Santa para vivir en los dÃas de la Semana Santa. Busca un ratito a solas para orar, cantar y sentirte acompañado con esta serie de #minicomparciertos que estamos haciendo cada lunes y jueves desde Instagram para sentirnos unidos en estos momentos en que tenemos que quedarnos en casa. Nos rezamos cantando.
Documentos adjuntos
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Noche de Jueves Santo (PDF - 137.7 KB)
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Vigilia de adoración para esposos cristianos (PDF - 80.8 KB)
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Celebración de la Palabra. Jueves Santo (PDF - 116.2 KB)
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La Cena del Señor. Hospitalidad (PDF - 1.1 MB)
Jueves Santo 2020
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