Llámame, Señor III Domingo Tiempo Ordinario

Ene 21, 2012 | Cultura vocacional

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III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO “B” (Jon 3, 1.5.10; Sal 24; 1Co 7, 29-31; Mc 1, 14-20)

Dos mensajes sobresalen en los textos litúrgicos de este domingo; uno, orientado a quienes son llamados al seguimiento de Jesús como discípulos; otro, orientado a todos los que tenemos necesidad constante de conversión.
LLAMADA A LA CONVERSIÓN
A todos se nos dirige Jonás cuando exhorta a los ninivitas al cambio de vida. La referencia al tiempo, como categoría transitoria, que pasa y apremia; la predicación de Jesús, proclamando el lema “Convertíos y creed en el Evangelio”, son elementos que realzan la exigencia a vivir la fe y la pertenencia a Cristo, que hemos renovado en las fiestas navideñas y con motivo de la memoria de nuestro propio bautismo.
Una figura significativa, al hilo del salmo que se canta entre las lecturas, aunque pertenece a otro evangelio del que hoy se proclama, es la que señala san Mateo en el relato de la adoración de los Magos: “Ellos se volvieron a su tierra por otro camino”. El salmista reitera la súplica al Señor para que nos muestre, enseñe, instruya en el camino que hemos de seguir, que no es otro que Jesucristo. Él se nos va a presentar como Camino, Verdad y Vida.
LLAMADA AL SEGUIMIENTO DE JESÚS
No debe servir de excusa que la llamada personal de Jesús se dirija a Simón y a su hermano Andrés, a Santiago y a su hermano Juan, para recibir el impacto de la mirada del Maestro, que nos llama a cada uno a un seguimiento personal.
Los textos abundan en la opción de Dios de contar con el ser humano para llevar a cabo su obra de salvación, tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo. La llamada que recibe Jonás: “Levántate y vete a Nínive” y las palabras de Jesús: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”, son como flechas bruñidas que alcanzan el corazón de los que sienten pronunciado su nombre para una vocación evangélica.
Hoy Jesús sigue llamando, sigue necesitando la respuesta humana generosa, aunque, como en el caso del profeta Jonás, percibamos la resistencia de la naturaleza, el instinto egoísta que nos dicta vivir de manera independiente.
La respuesta adecuada nos la señalan los pasajes bíblicos que hoy se proclaman: “Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor”. “Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”. “Dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con Él”.
¿Cómo resuenan en ti, hoy, las palabras de Jesús “Venid conmigo”? Si percibes un atractivo especial en ellas, no las deseches, guárdalas en tu corazón, si es que te sientes sorprendido, hasta que descubras que no hay mejor camino para un discípulo que el ir detrás del Maestro.