Virginidad Consagrada (36)
Es de prudentes ponerse un buen calzado para andar por lugares pedregosos.
Sí, protegerse para poder pisar con seguridad.
La lógica de la vida misma, y de cualquier camino vocacional, cuidarse, es de sentido común.
Y por supuesto, en una vocación tan «expuesta» a la interperiie, como la secularidad Consagrada.
Nuestro fundador orientaba con talento, sobre este aspecto.
La Palabra sabiamente nos invita siempre a cuidar el tesoro que llevamos en vasijas de barro.
«En peligroso lugar está siempre en el mundo la virginidad; sólo la guardan inmaculada los que corren sus caminos con cautela«
(Venerable Antonio Amundarain. Lilium 1928)
