Reflexión I

En ocasiones vamos perdidos, sin rumbo, con tristeza, acumulamos cansancio, nos pueden las dificultades…

En ese momento es cuando debemos volver a escuchar: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.» No se ofrece sólo como guía, se ofrece como Camino, nuestro ser con Él es la propuesta para la felicidad, para el encuentro con Dios. No se ofrece como una receta momentánea, se ofrece como Verdad, seguridad donde apoyarnos para vencer miedos, para recuperar seguridades, para cimentar proyectos de felicidad.

Es mucho más que algo instantáneo que se apaga después, la relación con Él nos conduce a jugarnos la vida, a decir si o no ante aquel que la puede llenar de sentido, de luz, de sabor… No busquemos a nadie más, sólo Él basta para hacer de nuestra vida un proyecto de felicidad.

Reflexión II

«Que no se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed en mi».
Cuántas veces se aflige nuestro corazón por tantas cosas… casi siempre porque confiamos en nosotros solos, nos creemos en la única verdad, nuestro criterio es el único camino y a nuestro existir le llamamos auténtica vida.
Así nuestro corazón continuará afligiéndose.

La propuesta de Jesús es:»CREED».
Claro, si nosotros confiamos en alguien que nos quiere inmensamente, entonces podremos tener una vida nueva; si nos dejamos acompañar en el caminar de esta existencia por Él, entonces llegaremos a la meta de conocer su AMOR; no tendremos miedo de vivir cada encuentro con los demás desde esa verdad.

¡¡¡Creamos en Dios y demos testimonio de Él con nuestra vida!!!