Fe y confianza

14 Jun, 2012 | Escritos A. Amundarain

F E – C O N F I A N Z A

CARTA-4.jpg

Textos tomados de las cartas del Padre Fundador.
Se consigna fecha, número y destinatario de la carta.

Aunque el demonio rabia y trata en vano de poner obstáculos, vosotras, amadas hijas mías, no retrocedéis; sino que abrazándoos con la prueba, la contradicción y la persecución, seguís avanzando, haciendo nuevas conquistas y reclutando nuevas plantas que pronto han de florecer en el Jardín de la Alianza. ¡Hurra, hijas de mi alma! ¡Adelante, y más adelante! ¡Nunca digáis basta, ni os asustéis, ni digáis no puedo, porque todo lo podéis en Aquél que os conforta y os lleva en aúpas. (28-4-31, 2.047, Aliadas)

Confiemos en el Señor, y hagamos que Él esté cada vez más prendado de esta Obra, que cumplamos todos los fines que Él se ha propuesto, que viva Él satisfecho dentro del jardín de AJM. Y Él se encargará de encontrar y llamar interiormente a las almas que nosotros anhelamos. (25-2-38, 1.614, Aliada)

Obra con espíritu de fe, espíritu sobrenatural, con elevación de miras, miras divinas, por Dios, para Dios, en Dios, viendo a Dios en todo: en las personas, en los mandatos, en los acontecimientos, en los sucesos, en los deberes, en las reglas y hasta en las niñas que molestan, que lo hacen porque se lo manda el Señor. Y aunque ellos obren mal y fuera de razón, para ti, en los planes de Dios, obran perfectamente; porque su mal obrar (permitido por Dios) lo endereza Él para bien de tu alma. Para eso, darse de veras al divino Corazón; en total y en detalle. (05-07-1939; 1211. Religiosa)

No sirvas a Jesús con excesivo temor; ejercita mucho las virtudes teologales, entre ellas la confianza. Ni mires demasiado lo que vas avanzando, que es posible, no distingas en nada tus progresos; trabaja como si de hecho avanzaras a galope, no cuentes los pasos que vas dando, mira lo que te queda que andar, y sigue sin desmayos. (1-5-40, 1.618, Aliada)

¿No se te ha dicho cien, mil veces, que lo que Dios ha tirado por la espalda y olvidado por completo, no hay derecho a que nosotros mohínos, inquietos, revueltos y turbados, lo traigamos siempre y en cada momento al retortero? Tú ahora ama, sé pura y sufre todo cuanto te sea doloroso, y olvida lo que ayer fuiste, porque poderoso es el Señor para hacer obra maestra de su poder y de su amor, de un guiñapo que hay que coger con pinzas. ¿En qué se va a mostrar su poder, su sabiduría y su amor, si no es en prodigios de esta naturaleza? Hacer una cosa lucida con materiales adecuados y perfectos, lo hace cualquier oficial entendido en la materia; lo grande y prodigioso es hacerlo con desperdicios y géneros carcomidos y apolillados… Nada… más humildad y más confianza y más entrega a las operaciones divinas, y lo demás corre por su cuenta. (2-1-42, 1.070, Aliada)

¿Qué más te diré? Que sí, que te abandones, que te entregues, que te pongas en las manos del Amado; y sea de tal manera que no haya lugar jamás, jamás, jamás al desaliento y al acoquinamiento y a la cobardía y a pueriles amilanamientos, que de eso tienes un poco. Harás lo que tienes que hacer, y harás como Dios quiere que hagas, y no te preocupes. (21-10-42, 1.214, Religiosa)

Lo que importa es que tú hagas lo que sabes hacer y como sabes hacer y cuanto sepas hacer, y no vuelves a decir “in soecula soeculorum” lo que tantas veces dices: “yo no valgo”, “yo no sé”, “yo no acertaré”. Y créeme que para eso no hacen falta heroísmos, basta la fe en tu nada y en el todo de Jesús. ¿Dirías acaso que es un héroe aquel niño, cuya mano es sostenida y manejada por la de su maestro, para escribir una plana o sacar un problema de álgebra? Obra con tal empeño como si tú sola fueras la que obras; pero cree firmemente que con tu nada obra Dios. (4-1-43, 1.215, Religiosa)

Bien dices que nuestra pequeñez poco es para obras tan grandes.; ese convencimiento llevo metido en mi espíritu desde que sorprendí el secreto de la Alianza, que en los principios bien oculto fue para mí. Ya sabes los temores y las cobardías con que algunas veces he procedido, hasta querer descargarme de semejante carga. Hoy vivo más tranquilo, porque todo lo que no puede mi debilidad, lo descargo en Jesús, y ¡vaya! Él se luce a la vista de la nulidad de su siervo… Así lo harás tú;· en eso sé mi imitadora, que fácil lo harás, y no te irá mal, créeme; un experimentado te habla. Yo creo en el triunfo de la Alianza en XX, comenzando por XX. XX ha sido el cimiento, y tiene su gran mérito; en tiempos difíciles y de verdadera prueba ha sostenido el espíritu de esas pocas almas que llevaban en su alma la vocación de aliadas y esa gracia de la vocación ha obrado eficazmente en ellas. Has cogido tú el timan de la barquilla. Ya sé que eso no es XX; mas a eso te ha llevado Jesús. y con su gracia la guiarás al puerto; en días de borrasca piensa que en el fondo duerme el Maestro; con sólo despertarle, se hará la calma. (9-6-43, 1.561, Aliada)

En XX se ha realizado un acto de gran trascendencia para la Alianza; lo humano de él pudo tener muchos defectos y muchas miserias, puesto que lo humano siempre es defectuoso y muy miserable; mas tras lo humano Dios es siempre glorificado, cuando en eso humano se ha intentado rectamente el acierto y cumplimiento de la voluntad del Señor. No podemos suponer que entre almas consagradas a Dios, cuya gloria, la mayor posible, ha de ser su vehemente anhelo, se hayan perseguido intereses terrenos y egoísmos bastardos; tenemos, al contrario, derecho y obligación de creer que todas han obrado con miras elevadas y deseos de mucho bien para Dios y su Obra. Supuesto esto, creemos también que JESÚS va a sacar del acto realizado (en el cual pudo haber equivocaciones) un gran bien para todos; para todos nosotros, los de XX primero, y también para los que vivimos fuera, dentro de la Alianza; que el Señor así lo haga hemos de pedir con insistencia en nuestra oración cotidiana. Vosotras, que habéis llevado una dolorosa desilusión en el hecho y en el modo de llevarlo a cabo, os cuesta creer que por tales procedimientos pueda Dios coronar su obra en XX al contrario todo os hace suponer que por ahí necesariamente ha de venir la ruina de ella. Rechazad, hijas mías, todo pesimismo y creed en Jesús que vive (despierto o dormido) en el fondo de nuestra barca y por más tempestades que se levanten, no hay ninguna que se escape a su poder; Él es a quien el mar y los vientos le obedecen. Amad con locura la Obra, entrad aún más adentro en ella; creed en sus triunfos gloriosos que no se tardarán; sed ejemplares internas y estad dispuestas a lo que se os ordene. (26-6-43, 2.180, Aliada)

Cuidado con temores y preocupaciones, hija mía. Convéncete de tu nada y nulidad, y en eso guarda la humildad necesaria; pero vive de la fe en el Señor y en absoluta confianza; con Él todo lo puedes. (9-10-43, 1.623, Aliada)

No temas, hija mía, Dios a nadie deja en la estacada, su asistencia es siempre segura y completa a todos los que en Él confían; abandónate en Él y vive tranquila y humilde; desconfía, eso sí, de ti misma, pero confía en Aquél que conforta e ilumina a todos los que buscan su luz divina. (21-11-43, 1.700, Aliada)

Y tú sigue… convencida de tu pequeñez, ruindad e inutilidad; pero colocada en los brazos de Aquél que tiene la manía sapientísima de hacer las cosas de gloria con desperdicios. En esto se parece Jesús a un sacamuelas muy diestro que yo conocí, que con el mango de plata de su bastón extraía admirablemente las muelas en la plaza pública. Y ¿quién eres tú para protestar contra eso? Si no llegas a ser bastón de plata, serás… pues, una tenaza de herrero puesta en manos de Él. Déjate manejar… y ya verás. (14-3-44, 1.624, Aliada)

La hora de Dios es la nuestra y en ella hay que esperar confiadamente. Él entiende mejor de nuestras cosas tanto en lo temporal como en lo espiritual. Nos probará como a los Apóstoles en la tempestad; pero por fin se levantará y con imperio soberano, lo calmará todo. (11-1-45, 2.016, Aliada)

Los santos tienen en el curso de su vida sus fuertes crisis, sus grandes pruebas, y también las obras de Dios, que se equiparan a los santos, tienen que pasar por otras pruebas y crisis que alguna vez hacen temblar en sus cimientos. Tembló la barca de Pedro y temblaron los que iban dentro. Tiemblan las instituciones y tiemblan los que van dentro de ellas. Jesús dormía en la barca, o vino paseándose sobre las embravecidas olas del mar, y en las dos ocasiones los arguyó de la falta de fe. La barquilla de la Alianza avanza en medio de las encrespadas olas de este mundo (mar siempre embravecido) y al temblar ella, tiemblan también las hermanitas que en ella hacen su travesía al puerto; el miedo es libre. Pero, hijas mías, o dormido dentro de ella o paseándose a su vista sobre las olas del furioso temporal, Jesús guarda la barca,· y por eso no tienen que temer los pasajeros que la ocupan y si no, nos argüirá de que no tenemos fe. xx tuvo sus tiempos de bonanza y la barquilla iba viento en popa, al soplo divino y sin ningún oleaje que la molestase… pero era necesario que fuese probada, y.1ª hora de la prueba lleg6 y la estáis pasando… Creed, hijas mías, porque Jesús va dentro o sobre las olas, y no sucumbiréis. Un susto y un remojón os limpian y os aseguran. Y tú mi amada XX, no te dejes acobardar, ni en lo que mira a la suerte de la Obra en XX, ni tampoco en lo que a ti misma se refiere; te han tocado las horas difíciles, pero la gracia abundará en la misma medida; tu santidad está unida y relacionada con todo esto. O el Señor lo mueve, y entonces todo será en beneficio; o lo mueve el demonio y también entonces el Señor sacará su gran partido; siempre saldremos ganando, y ganará tu alma, aunque no lo parezca. Ese Jesús que duerme en tu propia casa ¿crees tú que es indiferente a todos estos acontecimientos?… ¡Oh! Modice fidei, ¿quare duvitasti?” Y sobre todo la oración y el sacrificio con muchísima humildad y gran abandono en la divina providencia. Adelante, hija mía; Jesús está contigo, y si tienes fe, caminarás sobre las olas y verás la gloría de Dios. (17-2-45, 1.702, Aliada)

Estás pasando días de prueba; así es en verdad, las obras de Dios pasan por trances apurados, y los que vamos con ellas, tenemos que pasar también las consecuencias; pero cuidado con cobardías y pesimismos; nuestra Obra pide constancia y firmeza, si no pronto fracasaría ella y nosotros con ella. Ya sabes que Jesús vive dentro de la Alianza; Él la guía y la sostiene, y estando Él con nosotros, ¿a quién temeremos? (24-3-46, 2.063, Aliada)

Con un instrumento tan débil que eres tú, puesto al frente de todo, Él, guiándote con su espíritu y con su mano, realizará las obras estupendas de su gracia en beneficio de las almas. Seamos humildes, creamos en nuestra inutilidad con convencimiento, y recurramos a Él con plena confianza, y todo vendrá… (12-11-45., 1.051, Aliada)

No te acoquines echándote toda la culpa a tus pobres espaldas; también por ahí el demonio suele intentar sus satánicas conquistas. Bien está que te mantengas en tu pequeñez; pero no es suficiente, punto de apoyo, hace falta pensar, fiarse y apoyarse en la gracia, porque todo puedes en Aquél que te conforta. (4-2-46, 1. 577, Aliada)

Jesús quiere de ti que vivas el momento presente, como si no existieran ni el pasado ni el porvenir. Muchas veces soñamos lo que no está en nuestra mano, y eso nos impide vivir el presente. Entrégate del todo, y déjate llevar de Él por donde quiera y como quiera. Si no estás satisfecha de ti, mira en qué; si lo encuentras, corrígelo, pero si no lo encuentras, quédate tranquila, humíllate, confía y ama… Si Jesús no está satisfecho de ti ya te lo manifestará en el fondo de tu conciencia; si no lo ves claro, espera sin angustiarte y sin dar lugar a turbaciones, que muchas veces las origina el tentador… (16-5-46, 2.083, Religiosa)

Mientras tú y yo nos encontramos dentro de su amorosa providencia, parece que aún debo yo seguir marcándote la senda y tú siguiendo la línea que Él con mis dedos te quiera marcar en tu vida mercedaria. Máxime, cuando tú misma note bastas en los momentos de oscuridad y de noche cerrada. Oye la voz del que en su nombre te dirige en tus pasos y sigue segura y tranquila. Ya ves, Quien hasta el momento presente no ha permitido, que nos desviáramos, ni tú ni yo; ahora, a estas alturas, bien podremos creer y esperar que no permitirá que nos equivoquemos ni tú ni yo. Sigamos, pues, tranquilamente, puesta la confianza en Él y en su divino Espíritu, que es luz y guía de las almas santas. Sigamos humildemente unidos en el divino Corazón, y que en Él reinemos los dos… (15-6-46, 1.225, Religiosa)

Todo será que vuelva a repetirte lo mismo, a saber: Que el Señor es siempre el mismo con la Alianza; que sus bondades no se agotan, que sus predilecciones se manifiestan cada día más, y que nosotros no debíamos ser tan pesimistas, cuando nos visita alguna pequeña prueba. ¿Ves que fácilmente lo arregla Él todo? Gente de poca fe, ¿por qué teméis? (25-9-46, 2.020, Aliada)

Calma y paz; abandónese en Jesús; que Él nunca le abandonará, y en Él y con Él y por su amor todo se vencerá, y Vd. triunfará… (29-10-46, 1.237, Religiosa)

Ese tu estado en el presente no tiene otro remedio que muchísima paciencia, y estar muy firme en la fe. Cuando el Señor quiere purificar un alma, la arranca de todo apoyo, y la hace impotente para comunicar sus cosas y la deja en esa oscuridad o incertidumbre, sin saber ni por donde anda, ni adonde va, ni si está con Dios o con el diablo. (18-12-46, 2084, Religiosa)

Calma y paciencia; como éstas son gracias muy grandes, no se merecen fácilmente y tan prontamente… No desmayes, hija de mi alma. Si no llegas a ver en la tierra, desde el cielo lo has de ver el triunfo de la Alianza en Levante, como en Castilla, Andalucía y Vascongadas… Tú trabaja, siembra, que no todo va a caer sobre adoquines… (5-2-47, 1.582, Aliada)

Que la naturaleza haya tenido sus morriñas no le extrañe, pero eso, aunque es en Vd., no es de Vd.; aplique, que el sentir no es consentir. Quede Vd. completamente tranquila y adelante. Esas ideas que le vienen a turbarla, échelas pronto de la cabeza. Está Vd. en las manos de Jesús que es el Principal; si yo fallo antes que Vd. no faltará quien sea su cireneo; tenga fe en Aquél que lo hizo todo hasta hoy con Vd. y lo hará magníficamente en adelante. Un puntapié al negrillo, y avance… (22-10-47, 1.184, Religiosa)

Es Dios quien todo esto está moviendo con verdadera providencia. Por eso Él le da esa generosidad, ese amor, ese desprendimiento, esa inexplicable disposición. Es el Señor, es el Señor, es el Señor… Y por eso no puede Vd., negarse al movimiento del Espíritu Santo, porque el dejar de hacerlo sería exponer al fracaso a obra de tremenda trascendencia en la Iglesia de Dios. El balance del año va a ser de acción de gracias; y es más, el año que viene será también de incesante acción de gracias, porque Aquél que es todopoderoso hará grandes cosas, y a ellas nosotros viviremos reconocidos eternamente. (18-12-47. 1.185, Religiosa-)

Tu carta revela la obra de Dios en tu alma. En su bondad infinita, da treguas y da lugar a los consuelos, luces y paz grande; pero eso es pasajero, porque todavía las purificaciones del espíritu te son necesarias para llegar a la perfecta unión con el Amado. Por cierto tiempo han de seguir esos asaltos del enemigo y las consecuencias de dudas; incertidumbres, intranquilidades, oscuridades… Deja a Dios obrar como quiera, y en medio de tantas oscuridades, agárrate con suma confianza a la fe, esa fe pura, oscura, insensible, fría. Cree que te ama Él y tanto más cuanto más te prueba. Vive abandonada en su amor; nunca es excesiva tu confianza; es lo que más agrada al Señor. Aunque te veas rechazada de Él, con toda tu fuerza arrójate en Él. Nada se ha perdido, sino que así es como más estás ganando. No te dejes llevar de tristeza; es lo peor; obra con suma paz interior aunque te parezca que vas a perderlo todo. Cree firmemente, cree que Jesús es tuyo, está en ti, vive en ti, te ama con infinita ternura; y te está santificando en el yunque de la tribulación. Avanza en los brazos de la fe; eso tu tabla de salvación. Nada temas, aunque el infierno entero se precipite en ti. (12-4-48, 730, Aliada)

Ten fe… el alma que quiere y busca con afán la “unión”, y pone los medios para conseguirla: la fe, oración, recogimiento, repliegue al interior, Sagrario, Eucaristía, etc.… está ya en la unión, aunque no la experimente. Jesús se une muchas veces al alma sin que el alma se aperciba de esta unión. La unión es tanto más profunda, cuanto más puramente espiritual sea, y cuanto más espiritual es menos sensible se hace. Yo sé que Jesús tiene unión con tu alma, y tan íntima es esta unión, que ni el cuerpo, ni el corazón, ni el alma en su parte sensible la sienten. Vive de la fe… (9-6-48, 1.229, Religiosa)

Sé en todo providencialista y descansa sobre el corazón de Dios, para quien no hay problemas en la vida, porque todo lo tiene en la mano, y un querer de su voluntad lo resuelve todo. (05-10-48; 1132. Aliada)

El examen particular creo era sobre el silencio que ha de guardar sobre asuntos del Instituto y ese otro silencio interior, para oírle a Jesús y al Espíritu Santo que tiene voz suave y casi imperceptible. Esto va unido a la vida de fe por que cuanto menos nos relacionamos con las criaturas y guardamos ese aislamiento en santo silencio, entonces y más se fomenta la vida interior. Espíritu de fe; ver las cosas todas desde las cumbres que la fe nos descubre. Con la mirada puramente humana no se ven propiamente bien las cosas; hay que mirarlas desde el lado de Dios y de lo eterno… (29-10-48; 1188. Religiosa)

Cuando vienen esos pensamientos de que te ves abismada en un infierno, muy lejos de Dios, empecatada como un condenado, tú debes mirar al rostro de Jesús que te mira misericordioso y compasivo y debes despertar la confianza en su infinito amor. En tu propia pequeñez debes abismarte en el seno de Dios, perderte allí en un completo abandono y reposar como una nena en los brazos de la madre o del padre. (9-11-48, 733, Aliada)

Dios prueba nuestra fe, y nosotros, cuanto más contratiempos tengamos, más firmemente hemos de creer, con un completo abandono en las manos de Dios y de la Virgen, Cuando menos pensemos sonará la hora de Dios. Que siga esa gente orando sin cesar. (7-2-49, 110, Sacerdote)

Puesto que todos los que hasta ahora has consultado te dicen que vayas, yo no puedo decirte que no. ¿Quién sabe lo que allí Dios quiere contigo? Los designios de Dios son tremendos y desconcertantes. Vete hija mía. Jesús te abre la puerta, y É1 querrá cuidarte, abandónate en sus manos y padre como es, te mirará con ojos paternales. (31-3-49, 1.451, Aliada)

No, Madre mía, no desmaye nunca. La .naturaleza es posible que proteste y se resista y hasta caiga; no importa, las caídas de la naturaleza nada importan si no cae el alma, si no cae la voluntad, si no flaquea el corazón. (27-4-49, 2.107, Religiosa)

No piense demasiado en su ventura o desventura, larga o corta, que le pueda suceder; ponga el vuelo por medio de las alas de la fe, todo lo más alto que pueda, puesta toda su confianza en la divina Providencia, que es para nosotros el mejor piloto en estas travesías; y arriba siempre. Verá que cuando menos lo piense vendrá lo inesperado, marcando los nuevos caminos que Vd. emprenderá para gloria de. Dios. Ahora dé gloria a Dios y haga bien en esas almas; mañana… (14-11-50, 69, Sacerdote)

Es necesario que ahora más que nunca vivas de un gran espíritu de fe. Dios ha ordenado las cosas de esa manera, según los designios de su eterna sabiduría y amor, dirigidos para bien tuyo y de todos los que viven contigo. Tu vida de santidad no tiene otro plan que aceptar ese plan que Jesús ha puesto, y cumplirlo a medida que puedas, sin preocuparte de lo que tal vez queda sin acabar en la tarea del día. (15-5-51, 713, Aliada)

Leo su carta y como siempre, la primera semana de ejercicios la inquieta. Pero ¿por qué? ¿Cree V. que su salvación depende de una nueva confesión que va a renovar? Por Dios, Madre e hija mía, ¡todavía con temorcillos de sus pecados…! no hagamos a Dios tan pequeño, tan fiscal y tan cruel juez. ¿Qué diría Vd. a otra alma que le viniese con esas miserias y preocupaciones? Para siempre, para siempre olvide esas cosas, que no vienen de Dios, sino del enemigo. Viva en una completa, continua y confiada aceptación, su entrega a Dios, para que Dios acepte primero su disposición, y luego Vd. acepte todo lo que Él quiera disponer de Vd. (14-8-51, 1.198, Religiosa)

Es lamentable lo que en XX ha sucedido con la Obra. Cosas que el Señor permite para purificar más nuestras intenciones y vivir más la vida de la fe. Es de Dios, y Él guía esta barquilla; y aunque surjan tempestades sabrá llevarla a su puerto. (19-11-51, 1.964, Aliada)

Lo que en todo interesa es que vivamos de la fe, creyendo que en las más recias y furiosas tempestades Jesús siempre avanza en la barquilla de su amada y, dormido o despierto, es poderoso para levantar su mano omnipotente y mandar a los vientos: “Cállate” y a las olas: “Sosiégate”. Esa fe nos da seguridad plena en medio de todo contratiempo para dentro de esa calma espiritual, cumplir lo que el tiempo y las ocupaciones te dejan libre y posible. (30-11-51, 714, Aliada)

Que ¡qué duro es el camino por donde quiere el Señor lanzarnos! claro que sí. Pero ya sabes tú que con sabiduría divina conoce Él lo que cada uno podemos. No di gamos que no podemos, porque mejor que nosotros sabe Él que podemos, porque si no pudiéramos, no nos cargaría con lo imposible; si nos carga es que podemos. Ahí está siempre la gracia que hace posible lo imposible. (3-10-52, 1.678, Aliada)

Ya ve Vd. mi querido Don XX, como el Señor en su hora, eso sí, en su hora, y esa hora es la que nos impacienta, en su hora nos visita con recompensas insospechadas. (29-10-52, 73, Sacerdote)

Tu fe te salvará, y aunque estás salvando muchos obstáculos, por encima de todos ellos, esa fe en Aquél que te conforta, te ha de llevar al puerto que aspiras. Besa esa tierra amasada con sangre de héroes, vírgenes y mártires, para que sientas y conserves la firmeza con que ellos avanzaron hasta el fin. (28-11-52, 794, Aliada)

Confía mucho en el Señor y en la protección de la Virgen del Coro. Eres hoy tú el instrumento en sus divinas manos para cumplir sus designios amorosos, y aunque des pasos de ciego, su mano sabrá llevarte sin equivocar un paso, si eres dócil a sus inspiraciones y a sus movimientos. (3-6-53, 1.036, Aliada)

Veo que piensa en mi suerte y en lo que Dios podrá hacer conmigo… El Señor es Padre (bastante más padre que yo), y tengamos fe y confianza en que obrará siempre paternalmente conmigo, para mí y para Vd. (16-10-53, 1.208, Religiosa)

Por todo hemos de pasar, tribulaciones y tentaciones; en manos del Señor que nos prueba con designios amorosos y también en las de satán que, por permisi6n de Dios, tiene que zarandearnos en momentos difíciles. Por algo eres pequeña hostia en las manos libres de Jesús. Pero ya sabes que está escrito que no consentirá Él que seamos tentados más de lo que nosotros podamos resistir y aprovechar. (4-3-54, 702, Aliada)

Vive de la fe; fe, hija mía, mucha fe; vive de la fe; cree sencillamente y en oscuridad, como creen los niños. Y adelante, que no vas equivocada, firme, valiente y constante. (—, 727, Aliada)

A Él toca visitar a las almas con pruebas y con consuelos, con amarguras y con alegrías, con paz y con sobresaltos. A nosotros toca permanecer en fe esperando siempre en Él, quietos y firmes tanto en la bonanza como entre oleaje que amenaza. Sigue ahí, porque ahí te puso Dios, con Él estás y Él te basta. (—, 1.143, Aliada)