FELIZ AÑO NUEVO
Como cristanos, en estos momentos de brindis, de alegría y esperanza por el año que comienza, necesitamos centrarnos, vivir y mirar desde la profundidad de TODO lo que se nos regala año tras año, día tras día…
La gratitud es la llave de la felicidad.
Si tenemos oportunidad, os invitamos a contestar estas preguntas que nos lanza nuestro Pastor.
«¿Me doy cuenta de que he recibido la vida como un don, y de que yo mismo, yo misma, soy un don? ¿Creo que todo comienza por la gracia del Señor? ¿Comprendo que soy beneficiario de ella sin méritos, que he sido amado y salvado gratuitamente? Y, sobre todo, ¿sé decir ‘gracias’ como respuesta a la gracia?.
Es una palabra pequeña que esperan cada día Dios y los hermanos. Preguntémonos si esa pequeña palabra, ‘gracias’, está presente en nuestras vidas”
(Papa Francisco)
Santa María, Madre de Dios
Comenzamos el año de la mano de nuestra Madre; esa presencia discreta, humilde, que no va a faltarnos nunca, de la que podemos aprender tanto…
¡Gracias, Madre!
«Toda la gloria que se encierra en la Madre de Dios
y que hace que todas las generaciones la proclamen bienaventuranza viene de su humildad»
(Venerable Antonio Amundarain. M37,78)
Y para este año que comienza:
Lo que Tú quieras Señor, pero te pido fe para mirarte en todo,
esperanza para no desfallecer, y caridad para amarte cada día más,
y para hacerte amar entre los que me rodean.
Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad,
dame Señor, lo que tú sabes que me conviene y yo no sé pedir.
Dame misericordia para que yo la tenga con los demás. Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas, para hacer tu voluntad.
Lo que Tú quieras Señor, pero te pido fe para mirarte en todo,
esperanza para no desfallecer, y caridad para amarte cada día más,
y para hacerte amar entre los que me rodean.
Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad,
dame Señor, lo que tú sabes que me conviene y yo no sé pedir.
Dame misericordia para que yo la tenga con los demás. Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas, para hacer tu voluntad.
Y concede Señor tu paz al mundo entero.
Amén.
