Pinceladas Papa Francisco febrero 2014

1 Feb, 2014 | Pinceladas Papa Francisco

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PERSONAS CONSAGRADAS, LEVADURA PARA EL CRECIMIENTO DE UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA

Ciudad del Vaticano, 2 de febrero 2014 (VIS).-Después de celebrar la santa misa en la basílica de San Pedro, en la XVIII Jornada de la Vida Consagrada, el Papa se asomó a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con miles de personas reunidas, a pesar de la fuerte lluvia, en la Plaza de San Pedro.

El Obispo de Roma, después de agradecer a tantos fieles su presencia, comentó el evangelio de hoy, en que San Lucas narra la presentación de Jesús en el Templo; un episodio que es también “un icono de la entrega de la propia vida por parte de aquellos que, por un don de Dios, asumen los rasgos característicos de Jesús, virgen, pobre y obediente”.

“Esta ofrenda de sí mismos a Dios concierne a todos los cristianos, porque todos estamos consagrados a Él por medio del bautismo… haciendo de nuestra vida un don generoso, en la familia, en el trabajo, en el servicio a la Iglesia, en las obras de misericordia. Sin embargo, esta consagración es vivida de manera particular por los religiosos, los monjes, los laicos consagrados que, con la profesión de los votos, pertenecen a Dios de un modo pleno y exclusivo… Totalmente consagrados a Dios, están completamente entregados a los hermanos, para llevar la luz de Cristo, allí donde más oscuras son las tinieblas, y difundir su esperanza en los corazones desalentados”.

Tras subrayar que las personas consagradas son un signo de Dios en los diversos ambientes de vida y “levadura para el crecimiento de una sociedad más justa y fraternal”, el Papa reiteró la necesidad de su presencia “que fortalece y renueva el compromiso de la difusión del Evangelio, de la educación cristiana, de la caridad hacia los más necesitados, de la oración contemplativa; el compromiso de la formación humana, de la formación espiritual de los jóvenes, de las familias; el compromiso por la justicia y la paz en la familia humana. Pero pensemos ¿qué pasaría si no hubiera monjas, monjas en los hospitales, monjas en las misiones, monjas en las escuelas? Imaginaos una Iglesia sin monjas.. ¡Es inconcebible ! Son … la levadura que hace crecer al pueblo de Dios. ¡Son grandes estas mujeres, que consagran su vida a Dios y difunden el mensaje de Jesús!”.

Francisco terminó afirmando que la Iglesia y el mundo necesitan “este testimonio del amor y de la misericordia de Dios. ¡Los consagrados, los religiosos, las religiosas son el testimonio de que Dios es bueno, de que es misericordioso! …Hay que rezar para que tantos jóvenes respondan «sí» al Señor que los llama a consagrarse totalmente a Él para un servicio desinteresado a los hermanos. Consagrar la vida para servir a Dios y a los hermanos”.

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