Pobreza Consagrada (32)
Existe una belleza en buscar sentirse útil y estar disponible en las necesidades de los demás.
Se trata de otro perfil de esta opción evangélica, que sin duda toca las raíces de la felicidad que anhelamos cada ser humano.
«Si pensamos y vivimos en virtud de la comunión con Cristo, entonces se nos abren los ojos. Entonces no nos adaptaremos más a seguir viviendo preocupados solamente por nosotros mismos, sino que veremos donde y como somos necesarios. Viviendo y actuando así nos daremos cuenta bien pronto que es mucho más bello ser útiles y estar a disposición de los demás que preocuparse sólo de las comodidades que se nos ofrecen. Yo sé que vosotros… aspiráis a cosas grandes, que queréis comprometeros por un mundo mejor. Demostrádselo a los hombres, demostrádselo al mundo, que espera exactamente este testimonio de los discípulos de Jesucristo y que, sobre todo mediante vuestro amor, podrá descubrir la estrella que como creyentes seguimos»
(Benedicto XVI. Colonia, JMJ 2005)