Virginidad Consagrada (23)
Y ¿por qué no asemejar esta vocación al arte del encaje de bolillo?
Paciencia, constancia, fidelidad al modelo a copiar, sutil belleza del resultado, … valores que nos pueden resonar perfectamente en esta aventura de quien responde día a día a la llamada a la virginidad consagrada.
No es difícil, aunque pudiera parecerlo, la maravilla de ver avanzar el trabajo, da sentido a la labor.
Y aunque siempre se busca el resultado final, el día a día es lo que más se disfruta porque SIEMPRE ESTÁ LA MIRADA FIJA EN EL MODELO A COPIAR.
Gracias a todas las tejedoras y tejedores de todos los tiempos, vuestras manos son el ritmo de una melodia eterna:
La virginidad infinita de Dios