¡¡Cada encuentro, una bendición!!
Y es que la experiencia de años recorridos por la consagración, une, hermana, crea raíces, contagia en alegría.
«Haced que vuestra vida personal irradie siempre la dignidad de ser esposa de Cristo, que exprese la novedad de la existencia cristiana y la espera serena de la vida futura. Así, con vuestra vida recta, podréis ser estrellas que orientan el camino del mundo»
(Benedicto XVI. 15-05-2008)
(Foto: Gesto fraterno de nuestras hermanas Mª Carmen y Marcela, de Mondejar. Guadalajara)