«No hay lengua humana que pueda dignamente expresar el valor de la castidad virginal»

(San Francisco de Sales)

Podemos seguir buscando escritores, músicos, poetas, teólogos, etc que definan esta vocación, y sólo mostrarán una pincelada de ella.

Quizá estaría en una nota musical que sólo resuena en un silencio, en un «instrumento» que se deje «tocar» por la brisa suave del Espíritu.

¿Intentamos hacer espacio en nuestra vida a ese mágico momento que dará sosiego y sentido a nuestra búsqueda?