
Las preguntas pueden orientarse a la felicidad, pero también cabe preguntarse si ciertas preguntas alejan de la felicidad, y si la búsqueda absoluta de la felicidad puede dificultar hacerse preguntas. Claro, si pensamos en la felicidad como el placer constante, el bienestar concreto, es probable que evitemos preguntas incómodas.




