Una manera de entender la imagen de Dios es ‘podador’, ‘A todo sarmiento mío… que da fruto lo poda’ Podar significa conocer bien la cepa, el árbol…

conocer bien el fruto. Podar es cuidar, es arrancar lo malo y dejar el brote que dará fruto. Podar es agacharse o subirse a la altura de la rama, no siempre se puede hacer con facilidad, es poner mucha esperanza y mucho cariño en lo que se hace. Podar es acariciar aquello que puede dar fruto abundante y hacerlo con delicadeza. Nuestro Dios es así con nosotros, se agacha para acariciar nuestra vida, nos conoce bien y está pendiente de nuestros frutos. Dejemos que nos pode, que nos haga nuevos, que guíe nuestros frutos, que quiete lo que nos estorba.