Obediencia Consagrada (29)
«Tu rostro buscaré, Señor» (Sal 26, 8).
La obediencia es como expresión del gran deseo de tener cerca a Dios, de buscar a Dios para oír a Dios.
Escuchar su palabra y seguir incondicionalmente y sin reservas su voluntad. El deseo es tan grande que busca ayuda en los hermanos, en el Instituto y en la Iglesia.
(V Congreso Mundial II. SS. 1992)