Domingo de Ramos
En pocos días se nos presentan muy unidas, la alegría y el dolor. Como un binomio inseparable, en el misterio Pascual.
El júbilo de la gente y la pasión de Cristo.
Comenzamos este año, en esta Semana Grande, con el Jubileo en el horizonte, vestido de esperanza y pureza. Pureza en la mirada para ver nítido, esperanza para sentir el gozo, de la Resurrección.
«Nuestra celebración comienza con un «¡Hosanna!» y concluye con un «¡Crucifícale!». La palma del triunfo y la cruz de la Pasión: no es un contrasentido; es, más bien, el centro del misterio que queremos proclamar. Jesús se entregó voluntariamente a la Pasión, no fue oprimido por fuerzas mayores que él. Afrontó libremente la muerte en la cruz, y en la muerte triunfó»
(San Juan Pablo II. Domingo de Ramos, 2001)
¡Santa y bendecida Semana Santa! 
