ORACIÓN
«Un lugar primero y esencial de aprendizaje de la esperanza es la oración. Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie, siempre puedo ha- blar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme –cuando se trata de una necesidad o de una expec- tativa que supera la capacidad humana de esperar–, Él puede ayudarme. Si me veo relegado a la extrema soledad…; el que reza nunca está totalmente solo».
(Benedicto XVI, Spe salvi, n. 32)
Gloria a la Santísima Trinidad
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Espíritu Santo