Parábolas de la misericordia.
La oveja perdida, moneda perdida, hijo pródigo o Padre buenísimo.
Son la gran propuesta de Jesús para presentarnos a Dios. Un Dios nuevo, que busca al alejado. Un Dios bueno que da la libertad a sus hijos, y la herencia. Un Dios que desea, busca y anhela un encuentro intenso con el hombre.
Un Dios que hace fiesta de, en y por ese encuentro. Un Dios que no deja fuera, que abre espacios para el hombre. Un Dios que desea y lucha por la comunidad, por el grupo, por compartir.
Un Dios que adora y desea abrazar y cargar en sus hombros los que son minoría y están fuera… Un Dios nuevo, una relación nueva con Él…
Ya no hay ritualismo vacío, hay encuentro personal de amor, de misericordia.