Un portal

11 Dic, 2013 | Escritos A. Amundarain

U N P O R T A L

Volverá a buscar con afán el Dios hecho Niño un portal que le guste, para nacer entre nosotros de nuevo.

portal_de_belen.jpg

¿Queréis, hermanitas, salirle al encuentro, que ya viene en jornaditas, cansado, mirando con ansia el anhelado final de su carrera?

La morada que busca y le gusta es como la que os describo:

1.º Está situada a las afueras de la ciudad, en despoblado, fuera del bullicioso Belén que está muy distraído. Le gusta la soledad, el silencio, el retiro, el apartamiento de las criaturas. Esta es su primera condición. Huid, pues hermanitas, durante estos días, del ruido mundanal, de diversiones, de peligrosas tertulias; retiraos, siempre que os sea posible, a la vida de silencio y de soledad.

2.º En esa soledad quiere un portalito, y esto le basta. Es que viene a ser el Buen Pastor, al pastor le basta una chocita de tierra y paja. Quedan para los ricos el oro, los cedros y los tapices; Él no quiere más riqueza ni más grandeza que la pobreza y la humildad.

Colgad, pues, siquiera temporalmente en vuestros armarios de luna, todo lo que sobre a ese Pobre Divino, y todo lo que para vosotras sepa a lujo, ostentación y vanidad. Adornaos, más bien, para salirle al encuentro, de pobreza y de humildad.

3.° El único ajuar de ese pobre portal será un tosco pesebre, duro, áspero, incómodo y desnudo. En ese lecho ha de nacer el Niño Jesús, para morir en otro más áspero y terrible. Nada de comodidades, de regalos, de mullidas cunas, de agradables y suaves temperaturas, etc. Dolor, suspiros, lágrimas, frío, obscuridad, aspereza, penitencia, mortificación. He ahí el cortejo sombrío que le ha de acompañar.

¡Hermanitas! Vestíos y rodeaos de estas galas de mortificación y de penitencia, que son las únicas que pasan, las únicas legítimas y aprobadas por el divino Contraste. Vida de mortificación, de abnegación, de vencimiento, de sacrificio, de cruz….

4.° Unas pajitas, sin embargo, ablandan un poquito las asperezas de aquel pesebre de espinas, el cual sin este alivio y lenitivo resultaría más que lugar de reposo, instrumento de tortura y de martirio.

No hay nada que entone, ablande y suavice tanto las esperanzas de nuestro corazón, como el amor, fomentado y acrecentado por la oración y demás actos de piedad sólida. Amad, pues hermanitas, amad y fomentad el amor y encended sus vivas llamas en la oración, visitas al sagrario, etc., y tendréis pajitas doradas en vuestros corazones.

5.° Y por fin, sobre las pajita doradas unos pañitos blancos y limpios, para envolver dulcísimamente el lindo cuerpecito divino, inmaculado y purísimo. De eso sí que no se dispensa Jesús; en eso Él es delicadísimo y extremadamente mirado. Se despojará de todo; pasará por todas las pobrezas, humillaciones, abyecciones, dolores y fríos del portal, del pesebre y de las pajas; pero no consentirá que se manche su divina hermosura. ¡Oh, hermanitas del celestial jardín! Sed siempre limpias, blancas, purísimas como copos de nieve en vuestras almas y en vuestros cuerpos virginales.
Si así salís al encuentro del Niño de Belén, cada una de vosotras será el deseado portal que busca el Niño Dios; allí nacerá el Redentor del mundo.

EL ESCLAVITO (LILIUM NOV.-DIC. 1929)