Virginidad Consagrada (15)
¡Sí! Nosotras también oímos un día «Para Dios no hay nada imposible» (Lc 1, 37)
Por eso, con esa confianza y fortaleza, nos lanzamos a tantas aventuras.
Pero la primera y básica fue el sí a la llamada a la vocación a la Virginidad Consagrada.
«Reconozcamos también que la virginidad, es una verdad débil en la cultura de hoy (aunque ciertamente no sólo en la de hoy), sin voz o sofocada por la babel actual de voces, y carente de «poder contractual».
Las veredas débiles (o hechas débiles por el contacto socio-cultural) no se pueden transmitir sólo con palabras, sino viviéndolas, mostrando su sentido con la vida, casi haciéndolas fuertes con el testimonio y convincentes con la coherencia»
(Amedeo Cencini)