Virginidad Consagrada (7)
«¡Señor! Es bueno proclamar por la mañana tu misericordia y tu fidelidad por la noche» (Sal 92)
Como cada amanecer abrimos la puerta de nuestra casa para salir y mirar el mundo con esperanza y seguir creando y soñando…
Y es que somos soñadoras porque estamos enamoradas de un sueño con las alas transparentes de la Virginidad y con las raíces profundas de la Consagración.
Un sueño lleno de la novedad de la sabiduría de los años, y de la inocencia de la pureza.
¡Gracias por mirar con nuestra mirada!