MT 5, 1-12
Ser dichoso es ser feliz.
La felicidad la da aquello que llena de verdad, lo que es suficiente para satisfacer las necesidades que nos creamos o tenemos, que relativiza todo aquello de lo que podemos carecer. Felicidad normalmente no es cosa sino relación, verdad, encuentro.
La bienaventuranzas son un anuncio de felicidad: heredar la tierra, ser consolados, poseer el Reino, estar saciados de la justicia que anhelamos, ser perdonados, ver a Dios, ser Hijos de Dios…
Todo esto que el Señor anuncia como respuesta de felicidad a lo que somos se resume en que es Dios el origen, meta y sentido de la felicidad. Es la relación con Él la que relativiza todo lo demás, lo que nos llena, lo que da sentido a nuestra vida. Bienaventurado, en tu necesidad, en tu búsqueda, en tus angustias, en tu soledad, en tus dudas, en la persecución, en tu pobreza… porque Dios te quiere. Además es un regalo, un regalo maravilloso para cada hombre y mujer de este mundo. Aceptemos este regalo maravilloso, vivamos con Él como auténticos bienaventurados…. y ‘estemos alegres y contentos’, porque nuestra recompensa será grande en el cielo.
Buenos días. #YoMeQuedoEnCasa me ha dado tiempo de pintar mi corazón de muchos colores, al final me quedé con el que te gusta a ti. https://buenanoticiadiaria.blogspot.com/2020/06/felices.html