Jesús está en casa de sus amigos de Betania. Hay fiesta, hay preparación de algo grande. Por detrás alguien mueve los hilos para que no sea así.
La amistad es encuentro, hay que aprovechar los momentos para llenarlos del mejor perfume: la generosidad, la entrega, la gratuidad, la confianza… Es la mejor preparación para vivir la gran y definitiva amistad con la humanidad que se está preparando: dar la vida por todos. Está a las puertas, comenzamos una semana de mirar bien, de sentir mucho, de dejar sitio. En casa de los que le quieren, donde se siente querido, acompañado, escuchado y amado… ¿Es así tu casa? ¿Qué tal tu generosidad, tu acogida…?