Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro.
Hay un gran vacio interior si Dios no está presente.
Quien solo está lleno de si mismo, está vacío.
Por eso decía San Agustín:
_Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!_
_Tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y por fuera te buscaba, y me lanzaba sobre las cosas hermosas creadas por Ti._
_Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo._
_Me retenían lejos de Ti todas las cosas, aunque, si no estuviesen en Ti, nada serían_.
Te pido, Madre, que me ayudes a liberar mi corazón de todo lo que no es de Dios y mi mente de preocupaciones.
A vivir más humildemente.
A dar más y esperar menos.
Y a encontrar a Dios dentro de mí.