Obediencia Consagrada (12)
El germen de nuestra primera obediencia consistió en venir a la existencia, como respuesta a la Palabra que nos llamó a ser.
Esa Obediencia, se puede decir que madura cuando en libertad nos reconocemos y nos aceptamos como don del Creador.
Así realizamos nuestro primer acto de libertad verdadera, que es también el primero y fundamental acto de auténtica obediencia.
Del agradecimiento por vivir, nace el don de la obediencia.