Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
(Sal 35)
Recibe Señor, mis miedos
y transfórmalos en confianza.
Recibe Señor, mi sufrimiento
y transfórmalo en crecimiento.
Recibe Señor, mi silencio
y transfórmalo en adoración.
Recibe Señor, mis crisis
y transfórmalas en madurez.
Recibe Señor, mis lágrimas
y transfórmalas en plegaria.
Recibe Señor, mi ira
y transfórmala en intimidad.
Recibe Señor, mi desánimo
y transfórmalo en Fe.
Recibe Señor mi soledad
y transfórmala en contemplación.
Recibe Señor mis amarguras
y transfórmalas en paz del alma.
Recibe Señor, mi espera
y transfórmala en esperanza.
Recibe Señor mi muerte
y transfórmala en resurrección.
Amén
(San Camilo de Lelis)