CAMINAR EN PROVIDENCIA
P. ÁNGEL DE BUENAFUENTE
“Atravesaron Frigia y la región de Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade. Aquella noche, Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio” (Act 16, 6-10).
REFLEXIÓN
¿Qué significa la expresión paulina, “al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia”, o “el Espíritu de Jesús no se lo consintió?” Yo creo que se trata de una lectura providente de los hechos. En la vida cabe actuar por empeño, hasta con violencia, para imponer o alcanzar el deseo, realizar el proyecto, conseguir algo. Lo vemos de manera especial en los afanes despóticos de quienes pretenden dominar a costa de todo, allanando todos los derechos.
Si observamos la conducta de Jesús, nos sorprenderemos de su forma de actuar. “Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?» Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea” (Lc 9, 52-56).
En otra ocasión ante la cerrazón de su pueblo por su falta de fe, no hizo alarde de su poder de hacer milagros. “Fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga. La gente decía admirada: «¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta». Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe”. (Mt 13, 54-58)
Jesús no se impone. La fe y la verdad no se imponen, se proponen, dijo san Juan Pablo II en su última visita a Madrid, pero el creyente sabe que la Palabra de Dios cumple su encargo, que es eficaz y llevará a término su obra. Saber acoger y trascender la historia con un modo de interpretar los acontecimientos de manera teologal y no como casualidad o fatalidad, suerte o desgracia.
En Buenafuente podríamos tener nostalgia estos días por no poder celebrar el 775 aniversario de la llegada del Císter, como habíamos proyectado, o sentir inestabilidad, por tener cerrada la acogida y sin embargo, descubrimos que quizá no habríamos podido llevar a cabo todo el proyecto por falta de fuerzas. La pandemia nos ha ofrecido un tiempo más intenso de oración, de comunión, de abandono en manos de Dios.
Es muy importante descubrir la clave de la Providencia en todo porque es la forma de vivir cada día con paz, poniendo las manos en la tarea como el sembrador que echa la semilla y después duerme, dejando que la naturaleza haga su proceso. Y sabiendo, además, que para el que entiende la historia de manera trascendente, todo conduce a Dios.