‘Extendió la mano y lo tocó’ Uff… ¡Tocar a un leproso! Menudo riesgo, menudo pecado, menudo atrevimiento. Así es nuestro Señor. Arriesgado, atrevido… cercano al hombre, próximo y comprometido con los hombres y mujeres. La vida del leproso cambió para siempre. No sólo curo su lepra, lo primero que hizo al tocarle fue darle valor, decirle ‘eres importante’, ‘no te sientas solo’, ‘te quiero’… se le curó la lepra pero sobre todo se le curó el alma, volvió a brillar su dignidad, de repente alguien le valora, lo considera importante, se acerca… ¿Con quién pasaría hoy? ¿A quien echamos fuera hoy? ¿Quienes son ‘leprosos’ en nuestra sociedad, en nuestros círculos de amistades? Estoy seguro que se os ocurren nombres de situaciones, tendencias sexuales, situaciones familiares, modos de vida, propuestas de diferencia…. Estoy convencida que Él se acercaría, les miraría a los ojos y les diría que los quiere, los tocaría para que su dignidad brillase.
Pedid y se os dará
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y...