Mc 2, 1-12
Son cuatro amigos los que llevaban la camilla. Le quieren con locura y están dispuestos a hacer una locura por su amigo que está paralítico en una camilla. Han oído hablar de Jesús, saben dónde está su casa, se acercan a ella para que Jesús vea y cure a su amigo.
Tienen dos cosas excepcionales, una amistad a prueba de bomba y una fe grande en Jesús. Unen las dos cosas y se ponen en camino. Está llena la casa, no hay sitio para ellos. Con la amistad y la fe consiguen vencer las dificultades, suben al tejado, quitan las tejas y lo descuelgan… ellos han hecho su parte ahora queda la de Jesús. Jesús no falla, ante la amistad y la fe, no falla.
Se acerca al paralítico, deja todo lo demás, detiene sus explicaciones, se acerca al que sufre, le perdona los pecados (lo llena de la dignidad que le habían robado) y lo cura. Una y otra cosa para que se ponga de píe, para que vuelva a su casa, para que viva con toda la dignidad. ¿Nos atrevemos a vivir la relación con los otros con la amistad y la fe con la que vivieron estos cuatro? Adelante.