Esta enseñanza del abba Poimén tiene mucho que ver con la lectio divina: “La naturaleza del agua es blanda, la de la piedra, dura; pero si se suspende sobre la piedra un odre, y se hace caer agua, gota a gota, la traspasa. Del mismo modo sucede con la Palabra de Dios. Ella es blanda y nuestro corazón duro. Pero el hombre que escucha con frecuencia esa Palabra, abre su corazón al temor de Dios”. Apotegmas de los Padres del Desierto.
Tiempos de solidaridad III
"La persona enferma siempre es mucho más que el protocolo" Papa Francisco...